Hace XX años y un día, un humo blanco ascendía hacia el cielo del Vaticano, dando por culminado un cónclave que elevaba a un simple mortal a la categoría de mano derecha del Todopoderoso. Las portadas de los periódicos se llenaron con la noticia de cómo el cardenal Karol Wojtyla, arzobispo de Cracovia, se convirtió en Papa.
Quizá por esto pasó desapercibido a la prensa internacional el hecho de que, hace XX y un día, un pequeño ser vociferante llegaba al mundo con más patillas que Curro Jiménez, para deleite de familia, paisanos y enfermeras.
Y a la par que Juan Pablo II evolucionó hacia Papa Viajero, lejos de convertirse en el anticristo de turno, ese niño emprendió su camino para convertirse en creativo y psicólogo en Madrid, entre otras muchas cosas. Supongo que a estas alturas ya estarás atisbando que ese niño es el que escribe estas líneas y que ayer fue mi cumple.